lunes, 12 de septiembre de 2011

Septiembre. Un buen momento para empezar.

Llega septiembre, el mes de los cambios, de la vuelta a la rutina y del comienzo de un nuevo curso escolar. Pero este mes marca también el inicio del otoño y de la mejora en nuestra alimentación, mediante la recuperación de los hábitos saludables que dejamos olvidados durante las vacaciones.  
A pesar de que todos sabemos que el regreso resulta difícil tanto para adultos como para niños modificar los horarios y las costumbres puede llenar la temporada de nuevos alicientes y ayudarnos a hacer mucho más llevadero el camino hacia la Navidad (una época complicada para mantener las costumbres saludables).
 
Dejar atrás las tentaciones del verano y volver a la rutina
Quizá ya intentamos adelgazar, de forma infructuosa, en los meses anteriores al verano. No obstante, llegamos a septiembre vencidos por las tentaciones y los excesos asociados al buen tiempo; porque nos hemos dejado llevar por los cócteles, las cenas poco ligeras y los horarios irregulares tan consustanciales al estío. Por eso, el otoño merece un nuevo intento.
Volvemos a los horarios regulares de comidas, reducimos nuestras salidas nocturnas y el trabajo nos obliga a ser más escrupulosos con nuestros hábitos. Lo mejor no es ver este panorama con negatividad, sino como la posibilidad de perder algo de peso y ganar salud.

Mens sana in corpore sano
Si decidimos mejorar nuestra alimentación podremos comprobar también que los hábitos saludables ayudan a mantener una mente sana y optimista (aún más si se complementa con la práctica de algún tipo de actividad física).
Los buenos hábitos ayudan en el periodo de adaptación, pero no hacen falta modificaciones demasiado drásticas. Todo lo contrario. Lo principal será introducir una alimentación equilibrada, que cubra las necesidades nutricionales y que se adecue a la edad de cada uno. Además, podemos evitar el abuso de salsas y fritos y presentar de manera apetecible los platos que preparemos realizando cocciones y aderezos que realcen el sabor de los alimentos y al mismo tiempo resulten poco calóricos.

Los grandes alimentos del otoño
Septiembre es un gran momento para cambiar nuestras pautas culinarias, recurriendo a los mejores productos del otoño, como las frutas y las verduras que, además de cromatismo, proporcionan variedad. Es ideal llenar nuestros platos de endibias y de remolacha, de calabacines y de berenjenas, de coliflor y de zanahorias, de pimientos, espinacas, apio y repollo; todos tan coloristas como saludables.
Y a la hora del postre, el primor de la fruta; porque las fruterías rebosan todavía de peras, melocotones, kiwis y ciruelas; pero también de manzanas, naranjas, plátanos y uvas, pomelos y higos… completamos este festival con arroces, carnes y pescados de temporada.
Entonces, ¿por qué no construir nuestra dieta de septiembre a base de platos tan sugerentes como una crema de setas; unos canelones con verduras y pollo; un arroz con alcachofas; una ensalada de coliflor con lombarda y huevos de codorniz; unos "tomates verdes fritos"; o un arroz con chipirones, maíz y pimientos verdes? Además, para terminar, ensaladas de frutas variadas o sorbetes de otoño, por ejemplo, de moras, de manzanas o de higos.
¿Todavía nos atreveríamos a decir que la cocina de otoño es anodina, si consideramos también que se aproxima la época de setas y de caza?

Lee todo el artículo entero de Rafael Ansón, Presidente de la Real Academia Española de Gastronomía en: